Resúmen de costumbres y celebraciones religiosas en Israel de ayer y de hoy.Fiestas anuales.Historia y algo mas.Sean todos bienvenidos y bendecidos por Adonai.

SUkOT

 SUKOT


A través de los tiempos, los sabios de Israel se esforzaron por desentrañar el significado de las distintas festividades. Y como en otros temas, también en éste aún queda abierta la búsqueda.
La Biblia nos señala los motivos fundamentales. Pésaj, Shavuot y Sucot eran las tres ocasiones en que el pueblo realizaba su peregrinación al Templo de Jerusalem, y por eso se denominaban "Shalosh Regalim". Tenían también en común el hecho de ser "Mikraéi Kódesh", convocaciones sagradas para que la gente se reuniera a celebrar.

En cada una de ellas marca la Biblia dos significados: uno propio de las tareas agrícolas y de los cambios en la naturaleza a lo largo del año, y otro histórico, relacionado directa o indirectamente con el Éxodo de Egipto. En cuanto al primer aspecto, la festividad que nos ocupa se denomina "Jag Haasif", la Fiesta de la Recolección. En lo referente a su significado histórico, recibe el nombre de "Jag Hasucot", la Fiesta de las Cabañas o de los Tabernáculos.
 
LA FIESTA 

Con la llegada del otoño, los labradores, los viñateros, los fruticultores, recogen y almacenan los frutos de su labor. En Deuteronomio ("Dvarim"), el 5º libro del Pentateuco, leemos (XVI, 13-14): "Celebrarás la Fiesta de las Cabañas durante 7 días, una vez recogido el producto de tu era y de tu lugar. Te regocijarás en esta fiesta tú, tu hijo, tu hija, tu siervo y tu sierva, así como el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda que habitan en tu ciudad".
Dice después el texto (XVI, 15): "Y te darás por entero a la alegría" ("Vehaíta aj saméaj"). De ahí la tercera denominación de esta festividad: "Zman Simjatenu" (el tiempo de nuestra alegría). Y a veces es llamada simplemente "la fiesta" ("Hejag").
Sin embargo no todos los campesinos podrían alegrarse por igual, ya que los frutos de sus tierras serían disímiles. Por eso el Levítico (o "Vaikrá") ordena: "Moraréis los 7 días en cabañas (XXIII, 42)... "que yo hice habitar en cabañas a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de Egipto" (XXIII, 43).
Sin duda, se trata de una rememoración histórica. Pero es también un símbolo de igualdad. En el desierto que los judíos debieron recorrer durante 40 años, no había palacios junto a precarias chozas. Todos moraban en sus cabañas. La "sucá" (cabaña) que los representa, es para el Pueblo de Israel un recuerdo de aquella vida primitiva, sencilla e igualitaria.

LA ÚLTIMA GUERRA

La fiesta de Sucot no sólo rememora el pasado, sino que también se relaciona con el futuro del Pueblo Judío, y aun con el de toda la Humanidad. En efecto, el fragmento del libro de Ezequiel (capítulos 38 y 39) que se lee públicamente en las sinagogas durante "Jol Hamoed" de Sucot (los días de media fiesta), se refiere a la invasión de Israel por parte del príncipe soberano Gog, de la tierra de Magog. (Este tema también aparece en el Talmud, como "la guerra de Gog y Magog"). Es la visión profética de la Gran Guerra Postrera, en la que los enemigos de Israel serán vencidos, y luego de la cual sobrevendrán los Tiempos del Mesías, el Reino de Dios en la Tierra, la Paz Universal.
De este modo, el Pueblo Judío vinculó su visión de un futuro luminoso para la Humanidad, con la Fiesta de Sucot.

LOS SACRIFICIOS EXPIATORIOS

Hay otro tema asociado a esta festividad. En ninguna otra se sacrificaba semejante cantidad de animales, sobre todo novillos, en el Templo de Jerusalem ("Bet Hamikdash"). En Números ("Bemidbar") XXIX, se habla de un total de 70 novillos a lo largo de los 7 días de la fiesta, mientras que en "Shminí Atzéret", el 8º y último día, se sacrificaba uno solo. Los sabios del Talmud interpretaron que los 70 novillos se correspondían con 70 naciones, y el novillo único con una única nación. Y dice al respecto Rabí Iojanán: "¡Ay de los pueblos que ignoran lo que han perdido! Mientras existió el sagrado Templo de Jerusalem, había un altar que los purificaba. Pero ahora, ¿cómo podrán expiar sus culpas y obtener el perdón?".
Sus palabras confieren a la Fiesta de Sucot una dimensión universal.

EL ECLESIASTÉS ("KOHÉLET")

El día Sábado de media fiesta ("Shabat Jol Hamoed"), o bien el 8º día de la festividad ("Shminí Atzéret"), se lee públicamente de los rollos de pergamino guardados en las sinagogas, el texto bíblico de Eclesiastés ("Meguilat Kohélet"). En el Hemisferio Norte se aproxima el otoño, y nada hay más melancólico y otoñal que ese libro atribuido al Rey Salomón. La vanidad de la vida y la insignificancia del hombre, se expresan en él como en ningún otro. Por lo que, en apariencia, sería el menos apropiado para el tiempo de Nuestra Alegría ("Zmán Simjatenu").
Pero el judaísmo lo entiende de otra manera. El contenido de "Kohélet" no se opone a los festejos de "Bet Hashoevá", ni al desfile y las danzas de "Simjat Torá", sino que es su contrapartida. Para el judaísmo, la vida y el hombre son multifacéticos, las alegrías y las tristezas se entremezclan.
Simjat Bet Hashoevá: En la época del Segundo templo, en jol hamoed Sucot, tenía lugar una ceremonia en la que se extraía el agua que brotaba de una fuente y se la ofrendaba en el altar, en medio de grandes manifestaciones de alegría.